No se lo que pasa con Ayagaures, pero siempre en invierno me consigue enamorar. Estar en este barranco donde solo se escucha el agua correr, sin ruido de coches, motos o barullo de tanta gente hablando o gritando en un mismo sector, es un privilegio. Además estamos en un proyecto que me gustaría tachar, pero se me resiste, por lo que seguimos haciendo visitas continuas cada fin de semana hasta que no se pueda escalar por el calor.
Dani en Kus Kus 7a+
Llegada el medio día de este sábado nos resguardaba del sol y nos fuimos a la zona más alta de Ayagaures donde el sol se escondía y nos dejaba escalar a la sombra. Entre pegue y pegue siempre había tiempo para las risas y para explicarle algún casual que pasaba por allí como funciona esto de la escalada. Que aunque parezca mentira, llega mucha gente a este barranco caminando de todas partes, algunos barranco abajo siguiendo el agua, otros que se vienen a dar un paseo con la novia y nosotros que vamos a partirnos los dedos en las regletas de esta basalto negro.
